LA OTRA CARA DE LA NAVIDAD

Llega la Navidad, época de buenos propósitos, reuniones, alegría y, porque no decirlo, todas aquellas cosas que nos preocupan durante el año dentro de nuestras mochilas.

Procuramos esconderlas ya que no queremos hacer difíciles estos días a los demás. Nos hacemos los valientes y cerramos nuestras emociones con llave hasta que pasen las fiestas.

Lo que no sabemos es que ellas y nuestros pensamientos no entienden sobre fechas señaladas y aparecen en ocasiones inesperadas.

La intención de hacer un paréntesis emocional tiene su sentido para ti, pero te recomiendo que no lo hagas, estar conectado con lo que sentimos nos ayuda a saber lo que queremos y hacia dónde vamos.

¿Qué pasa cuando evitamos  nuestros estados internos? Pues que este se hace más grande y complicado. Lo que podría ser una emoción hecha para sentir y aceptar puede llegar a convertirse en una montaña que nos provoca malestar, pensamientos repetitivos y tristeza.

¿Qué consejos te doy?

1. Aceptar que, a pesar de ser Navidad, somos seres humanos: no entendemos de tiempo y días a nivel emocional.

2. Reconocer qué pasa dentro de nosotros, darle nombre y no evitarlo.

3. Entender que los demás también sienten emociones desagradables en muchos momentos y que no es nada desconocido para ellos.

4. Hacer el ejercicio de ver que estos días pasarán y las cosas seguirán como hasta ahora. Relativizar el momento.

5. No luchar para estar bien, simplemente aceptar nuestro estado. Esto hará que se vaya antes.

6. Buscar los motivos positivos de estas fiestas.

7. Disfrutar del acompañamiento de la gente que tengamos al lado.

8. Llevar a cabo alguna actividad diferente, especial, que nos apetezca y que nos motive.

9. Hablar sobre lo que nos pasa. Pedir ayuda a nuestro entorno es de vital importancia.

10. Procurar que el diálogo interno con nosotros mismos sea lo más compasivo posible, respetarnos, querernos y no juzgarnos.

Abrir la mochila en épocas navideñas puede parecer no ser el mejor momento, pero recuerda que cuanto más llena esté, el camino se hará más duro.

No dejes que pase! Como propósito para el año nuevo puedes plantearte afrontar tus fantasmas, tus miedos o pérdidas y decidir cambiar para sentirte más fuerte. La tarea no es fácil, un paso más para poder continuar de la mejor manera posible tu camino y sentir todo lo que la vida te proporcione. Recuerda que no es necesario que este paso lo hagas solo, siempre habrá alguien que te pueda acompañar haciendo el proceso un poco más llano.

Felices fiestas! Y que todo lo que ahora mismo te duele sea un punto de inflexión para tu crecimiento personal.

Alba Sabaté Olius

Psicóloga y psicoterapeuta de Psico2