LA IMPORTANCIA DE ELEGIR EL TIPO DE TERAPIA QUE NECESITAS

En la consulta, llegan personas con diferentes necesidades y objetivos; poder crear un proceso terapéutico a medida del paciente pasa por abordar esta cuestión: ¿qué quiero conseguir y hasta dónde quiero llegar? Esta pregunta se hace muy presente durante mis primeras visitas y es importante resolver las dudas antes de iniciar un proceso terapéutico.

Como en otras disciplinas la psicología tiene diferentes visiones con las que intervenir y ver la problemática de la persona. De ellas depende como el terapeuta llevará a cabo la terapia, preguntará, abordará lo que nos pasa, etc. Preguntarnos cómo queremos afrontar nuestra dificultad puede ser muy útil a la hora de elegir cómo trabaja nuestro terapeuta.

Una de las preguntas que formulo en mis terapias es: ¿Desde dónde quiero tratar esto que me pasa? ¿Quiero que mi malestar disminuya y encontrar herramientas para poder hacer que mi síntoma desaparezca o disminuya? ¿Quiero saber las causas de lo que me pasa, conocer mi funcionamiento y poder tomar conciencia de mí mismo para que ante situaciones futuras pueda gestionarlo? ¿Quiero las dos cosas?

La primera opción nos llevará una recuperación más rápida respecto a nuestro sufrimiento a través de herramientas para el cambio y para lograr el bienestar.

La segunda opción también aportará una recuperación de forma rápida y además, trabajará para que la persona se conozca, tome conciencia de sí mismo y en futuras ocasiones pueda gestionar las cosas desde otra perspectiva y con nuevos aprendizajes. Es lo que llamaríamos un proceso de crecimiento personal.

Cabe decir que ambas opciones son posibles, válidas y nos ayudarán a salir adelante y lograr bienestar. Lo que es importante remarcar es que no tendremos que acudir al mismo terapeuta si queremos una u otra manera de abordar nuestro sufrimiento.

Personalmente en las terapias suelo consultar qué es lo que el paciente quiere y aporto mi visión de cómo podríamos abordar el problema y cuál es mi postura a la hora de hacerlo. Lo que si me gusta es pactar de cero como trabajaremos. Esto ayuda para la mejora, evita frustraciones ante la duración de la terapia y al mismo tiempo ya se están trabajando puntos importantes para el cambio, la tolerancia a ciertas emociones, la incertidumbre, la paciencia.

No es lo mismo trabajar sobre el malestar que siente la persona, como trabajar para ver qué estructuras mantienen toda esta sintomatología. Las dos opciones como ya he dicho son válidas, pero conllevan muchas diferencias a la hora de llevar a cabo el proceso, la duración, la diferencia en las expectativas del paciente, la manera de trabajar, etc.

Yo, siguiendo la visión integradora de Psico2, procuro y recomiendo hacer un trabajo de base, es decir, no únicamente basado en la sintomatología sino hacer un trabajo de conciencia, aprendizaje y visión de uno mismo que evitará sentirnos de la misma manera en futuras ocasiones.

¡Si tienes dudas y quieres saber que es lo mejor para ti aquí estoy para acompañarte, juntos podemos conseguir lo que necesitas!

Alba Sabaté Olius