Mindfulness para niños y niñas

El Mindfulness para niños y niñas es una herramienta muy potente para educar a nuestros hijos emocionalmente. Pero no sólo eso, sino que es una oportunidad para aprender una nueva forma de relacionarse con el mundo que les rodea. Esta forma de conectar con lo que sienten, piensan e interpretan los aporta beneficios en todos los ámbitos: social, personal, familiar y escolar.

Nuestra sociedad estresante, práctica, dinámica y superficial, está centrada en la consecución de objetivos y de éxitos. No busca educar a nuestros hijos en la conexión emocional, en saber qué sienten, ni en la aceptación emocional sin intentar cambiarla. La mayoría de nuestros hijos no saben qué sienten y cómo sienten y, por tanto, luchan contra aquellas emociones más desagradables, como la tristeza. También niegan la existencia de alguna emoción, como el miedo. Incluso desconocen porque aparecen ciertas emociones y, por lo tanto, ellos se descontrolan cuando la sienten, como ocurre con la rabia. Y es que nuestros hijos aún no están educados en la necesidad de sentir.

Desde la vertiente de la familia y la escuela podemos enseñar a los niños y las niñas a vivir las experiencias diarias desde esta conciencia plena. Pero padres y profesores, como parte activa de este aprendizaje, deben entender y experimentar también la vida mindfull, ya que la mejor forma de enseñar el Mindfulness es practicándolo. Si no entendemos como adultos la necesidad de centrarnos en el momento presente, sin juicios, y conectando con lo que sentimos, no podremos ayudar a nuestros hijos a conseguirlo.

Si como padres aprendemos a aceptar que no podemos controlarlo todo, entendemos que las cosas son temporales, incluso la vida, o que no podemos hacerlo todo a la perfección y que todas las emociones nos ayudan a sobrevivir, estaremos aprendiendo el arte de vivir a través del Mindfulness, una experiencia totalmente enriquecedora.