Y SI ME SEPARO … ¿QUÉ SERÁ DE MIS HIJOS?
16/11/2017 | Georgina Barceló
El sufrimiento que vive una pareja que se está planteando una posible separación es muy grande. Pero esta ansiedad, tristeza o miedo por lo que vendrá o cambiará, aumenta cuando estamos ante una situación de separación con hijos. Aunque, finalmente, esta decisión debe tomarse a nivel de pareja, son muchas las veces que los padres y las madres se plantean si, ante el hecho de tener hijos, es mejor no romper la familia y seguir conviviendo juntos.
Estudios psicológicos han demostrado que en una separación lo pasan mal tanto los padres como los hijos y las hijas. Pero también apuntan que las discrepancias fuertes entre los dos progenitores inciden más en la salud emocional de los hijos y las hijas que el convivir juntos o separados. Cuanto más deteriorada esté la relación, peor.
Si finalmente la decisión es la de separarse, existen 3 REGLAS CLAVES que ayudarán a que los niños/as sufran lo menos posible:
- Se separan los padres y las madres, no los hijos e hijas: Por lo tanto, es la responsabilidad de los progenitores tomar las decisiones, ponerse de acuerdo y confeccionar la nueva organización familiar, dejando a los niños al margen de estas decisiones.
- No descalificar al otro progenitor delante de los hijos/as.
- Los hermanos tienen derecho a vivir y crecer juntos.
Teniendo en cuenta estas ideas claves, os quiero transmitir unas pautas que pueden acompañar en un proceso de separación, donde el respeto por uno mismo y por el otro es muy importante, como podéis comprobar.
- Hay que transmitir a los hijos que la decisión tomada está consensuada por los dos (aunque no sea así).
- Hay que explicar la situación cuando la decisión sea definitiva, teniendo en cuenta la edad del hijo/a, con sencillez, sin atribuir culpas y de forma conjunta.
- No cerrar nunca la puerta de la comunicación. Dejarla abierta para que nuestros hijos e hijas nos puedan preguntar cualquier duda y compartir sus emociones.
- Es necesaria la proximidad y el afecto por encima de todo. Que entiendan que os habéis dejado de querer vosotros, pero que a ellos les seguéis amando igual. Es necesario que se sigan sintiendo seguros.
- Comunicar cómo serán los cambios y cómo les afectarán (nuevas rutinas, nuevos hábitos, con quien vivirán, donde, etc.). Esto les prepara.
- No prometéis cosas que después no pueda cumplir.
- En la explicación hay que transmitir entereza, para no dejarlos preocupados. Incluso, explicar alguna ventaja sobre el hecho de separaros: tener dos habitaciones, vivir sin discusiones, etc.
8Y ¡atención! Hay que estar alerta a cualquier cambio importante que los hijos/as puedan presentar, tales como conductas regresivas (no querer dormir solo/a, hablar como un niño/a menor, hacerse pipi encima, etc.) o tener menos hambre, dificultad para conciliar el sueño o dificultades en los estudios.
¡Y no dudes, si estáis en esta situación, te puedo ayudar!
Georgina Barceló